viernes, 27 de noviembre de 2015

Mariscada

Una de las experiencias más enriquecedoras que viví durante mi estancia en Corea fue el viaje que hice con Shinae a Gangneung, su ciudad natal, que se encuentra al oeste de la península de cara al Océano Pacífico. Fuimos en bus desde Seúl y cuando llegamos sus padres nos invitaron a cenar fuera. Dimos una vuelta por el paseo marítimo mientras buscábamos un sitio para cenar. Como es una ciudad costera la especialidad de los restaurantes era el pescado y el marisco. Había grandes peceras enfrente de los restaurantes que nos encontrábamos a lo largo del paseo. Me llamó la atención que había moluscos gigantes que no había visto en mi vida, en ese momento me pregunté si serían transgénicos o sería una variedad que se daba en las costas coreanas, pero me decanté más por la segunda.

A pesar de ser verano hacía bastante frío, así que el sitio que escogieron fue perfecto. Nos metimos en un restaurante cuyas mesas eran toneles de vino con taburetes alrededor y dentro de los toneles había una parrilla. Los padres de Shinae pidieron en coreano y los camareros nos encendieron la parrilla al tiempo que iban trayendo gambas, vieiras, almejas, mejillones... todo muy grande. Los mejillones venían con queso y una salsa roja súper picante, motivo por el cual no pude degustarlos. Nosotros éramos nuestros propios cocineros y nos trajeron guantes y pinzas para que cocináramos el marisco a nuestro gusto. Era la primera vez que participaba en una mariscada tan original y divertida.




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